sábado, 17 de mayo de 2014

AGRESIONES INQUIETANTES

Estamos viendo que, ultimamente, aumentan de forma alarmante los casos de agresiones de algunos hijos y, tristemente, de muchas hijas a sus madres.
Algunos estudios consideran que los ataques físicos a las madre y los insultos a los padres han subido casi un 20% en los últimos años.
Según los expertos, solo salen a la luz una mínima parte  de los episodios, lo que indica que el problema es mucho más profundo de lo que parece.
Las trabajadoras sociales subrayan el drama familiar que supone que los hijos puedan agredir a sus progenitores, sobre todo porque las víctimas , casi siempre, prefieren ocultar este drama, entre otras cosas por considerarlo como un fracaso personal al ser los hijos e hijas el " proyecto vital" de sus padres.Y ¿quien puede pensar que algún día llegará a tener miedo de su propio hijo o hija?.
En lo que están de acuerdo los estudiosos del tema es en que "una mayor atención en la niñez evitaría buena parte de los conflictos".
Si uno no desarrolla la capacidad de autorregulación, no sabrá cómo controlarse  cuando llega la frustración, lo tolera mal y tiende al  conflicto. Si a esto se añade un modelo educativo demasiado permisivo, la situación se agrava, como está pasando ahora con una buena parte de nuestros adolescentes.
Por tanto , la peor de la soluciones es dejar pasar el tiempo y llegar a situaciones en que los insultos de hijas a sus madres (generalmente insultos absolutamente machistas), las agresiones físicas y las vejaciones  nos llevan a límites inconcebibles.
Es cierto que las agresiones también parten de los hijos varones y que, a veces, se dirigen al padre, pero en estos casos se suelen reducir a insultos. Con las madres se agrede.
Desde ENclave hacemos un llamamiento a los progenitores para que desde que nacen  sus descendientes, tengan en cuenta que amar no es consentir, sino enseñar a hacer frente a las frustraciones que puedan presentarse en la vida, con fortaleza y tolerancia.



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