martes, 1 de octubre de 2013

PADRE CORAJE


Así le llaman a I.B. padre de Asa, a quien salvó en la víspera de su ablación, después de tres años de lucha.
Lucha con las leyes de los gobiernos de su país de nacimiento (Guinea) que prohíbe estas prácticas, sin recibir siquiera respuesta, y el de adopción, por traer a su familia y así salvar a su hija.
También con las ancestrales y aberrantes costumbres, que hablan de la salvaguarda del honor, que ¡qué casualidad!, siempre recaen en perjuicio de las mujeres.
I.B. tuvo que engañar a su propia madre, retrasando la ceremonia, porque como él mismo dice «Mi religión no habla de ablación. Tenía dudas, y la cultura de aquí me ayudó a ver que es un horror. Convencí a mi mujer y decidí sacrificar mi vida para que no le hicieran la ablación a mi hija».

Consiguió ayuda de varios estamentos gracias a la labor de dos abogadas de MIGRACIONES LA MERDED, Sonia Rallo y Patricia Fernández Vicens, donde fue a buscar empleo y contó su odisea para salvar a su hija de una mutilación, que no sólo le impediría en el futuro tener relaciones placenteras y libres, sino que correría un gran riesgo de sufrir infecciones, malformaciones y en ocasiones, hasta de la muerte.
Enclave aplaude a este hombre por luchar por su hija y anima a los demás a que se unan  en la lucha por desechar las costumbres erróneas y mutiladoras de las mujeres, en beneficio de un futuro en igualdad.



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