Malamente cambiarán las cosas, en cuestión de violencia, si no se cambia el chip.
Leemos, en un periódico de gran tirada, que en el último trimestre del 2012 ha habido nada menos que 1.048 denuncias de violencia, que el 62% son condenatorias, y que en 4 de cada 10 casos el agresor ya no era pareja de la víctima.
Todo esto es el resultado de que, a pesar de que la mujer cambia, que se forma en género y se empodera lo suficiente para intentar acabar con una relación que no le satisface, los hombres siguen con la mente de la Edad Media y con lo de que…“la maté porque era mía”.
En tanto que los hombres no vean a las mujeres como seres independientes y sus iguales, la violencia sexista no cesará. Y para muestra un botón:
En el mismo diario, 2 días antes se pudo leer una noticia sobre violencia doméstica en la que además de la violencia ejercida por dos varones, uno a su esposa y el otro a su expareja, aparecía la de una mujer que había agredido a un hombre con una botella.
Por supuesto fue esta última noticia la que aparecía en grandes titulares. ¿Por novedosa? o ¿Por qué se da más importancia a que una mujer agreda a un hombre?
Enclave aboga por una vida más justa, paritaria y formación en género para varones.
