sábado, 4 de febrero de 2012

Josefina Molina, nacida en Córdoba en 1936, fue la primera mujer en obtener el título de Dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía. A partir de ahí, simultaneó trabajos en cine y televisión, medio en el que trabajó en numerosas producciones. Comenta que en la época en la que ella intentó hacer cine, no era ésa una empresa precisamente fácil, y destaca que ya el primer handicap era la familia. Así, que tuvo que "luchar contra la inercia" de la sociedad, y  al mismo tiempo que atendía a su profesión, tenía que hacer sus "tareas como ama de casa".

Destaca que las películas dirigidas por mujeres han pasado generalmente desapercibidas y, si no, se han metido en el "cajón de mujeres directoras", algo que no pasa con los hombres, pues siempre se les reconoce una personalidad individual. Por eso "la igualdad de oportunidades sería buena para nuestro cine, ya que hay que ver el mundo desde todos los ámbitos y con equilibrio".
Josefina es la tercera mujer en recibir el Goya de Honor, tras Rafaela Aparicio (1988) e Imperio Argentina (1989), y durante su charla hace mención a sus compañeras Pilar Miró, Cecilia Bartolomé, Icíar Bollaín, Isabel Coixet o Ana Díez. Hay en nuestro cine mujeres jóvenes muy importantes, mejor preparadas que las de mi generación y con las ideas muy claras. Las mujeres enriquecemos el cine con nuestra mirada. 


Retirada desde hace años, Molina asevera que hay vida más allá del cine, y añade que llega un momento en el que te das cuenta de que el cambio generacional ha llegado. Pero que le gustaría mucho hacer cine político, ahora que no se lleva nada, y hablar de mi país y de la conciudadania, investigar por qué se vota a la corrupción.

Sobre la situación actual de crisis, asegura que hay alguien que está preocupado en que tengamos miedo, pero no podemos seguir así, y "las mujeres" podemos aportar mucho.
Desde "ENclave" suscribimos las reflexiones de Josefina, añadiendo que  "el mercado" es un monstruo que nos come el coco, nos utiliza y cuando no nos necesita nos retira y nos invisibiliza.

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