Cuando escribo estas líneas ésta ha sido la imagen del día, hay cambio de gobierno y el patriarcado se ha manifestado entre quienes habían hecho gala de dejarlo atrás... El nuevo gobierno ya no es paritario, que no sería lo importante en este caso ya que el ejecutivo anterior tenía números inversos.
Lo preocupante de este nuevo ejecutivo es la supresión del Ministerio de Igualdad. La existencia de este ministerio no es un capricho, ni un gasto superfluo como se ha venido manifestando desde que apareció; otorgar rango de ministerio a las políticas de igualdad significa que se trabaja por conseguir una sociedad con igualdad de oportunidades y equitativa para mujeres y hombres.
Ahora se ha reducido Igualdad a una secretaría, que se integra en Sanidad junto con Política Social: ¡que casualidad que todos sean considerados, en la simbología tradicional, asuntos de mujeres por su relación con los cuidados! Esto significa confundir igualdad con mujer y olvidar que todas las políticas de todos los ministerios deben contemplar la perspectiva de género en sus proyectos.
Un mal momento, un mal año para tomar una decisión de tal calibre, año en el que la Violencia Contra las Mujeres se ha exhacerbado y hay mucho trabajo por hacer. Olvidando, quizá, que la Violencia Machista es una violencia estructural, y que los organismos públicos son los primeros que tienen la obligación de hacer todo lo posible por prevenirla. Y, en esa prevención, resultan esenciales las POLÍTICAS DE IGUALDAD reales, con un MINISTERIO que gestione, centralice y VISIBILICE.
"De lo que se habla mal, se tiene mala opinión; de lo que no se habla, no existe".
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