viernes, 8 de octubre de 2010

EL PRECIO DE SER EUROPARLAMENTARIA




LA HISTORIA SE REPITE


El año pasado, la eurodiputada danesa Dahl explicaba que "no le quedó más remedio" cuando acudió a un pleno del Parlamento Europeo con su bebé. La semana pasada se ha repetido la maternal escena, la italiana Licia Ronzulli  recibió los aplausos de sus compañeros al acudir a votar con su bebé recién nacido en brazos.


Ronzulli, miembro del partido Pueblo de la Libertad (PDL) del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, acudió a la sesión plenaria en Estrasburgo (Francia) con su niña de apenas unos días para llamar la atención sobre los derechos de las mujeres.


"Quiero ser un referente, con mi hija Victoria, y pienso en todas las mujeres que no pueden conciliar su vida profesional con su vida familiar", declaró tras recibir el homenaje de los otros eurodiputados, y pidió que el Parlamento Europeo trabaje para mejorar esta situación.


Este gesto simboliza las dificultades que afrontan las mujeres para conciliar su vida laboral con la familiar. Las eurodiputadas embarazadas durante la legislatura no pueden disfrutar del permiso de maternidad, en todo caso, pueden abandonar su plaza para atender a sus bebés. Este es el precio que tiene que pagar una mujer que quiere optar por ser madre y parlamentaria.


Precisamente, la comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, presentó la semana pasada en Estrasburgo la estrategia europea sobre igualdad entre hombres y mujeres para los próximos cinco años.



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