domingo, 2 de noviembre de 2008

La violencia contra las mujeres en los medios de comunicación



El 2 de agosto Jesús Neira entraba en un hotel junto a su hijo de trece años cuando vio una mujer que estaba siendo agredida por su pareja. Jesús intervino para defender a la agredida y el agresor le golpeó a él dejándole en coma. La mujer no presentó denuncia. La policía intervino de oficio y detuvo al agresor.


Han pasado tres meses. Jesús ha salido del coma, pero continúa ingresado. Mientras tanto, algunas cadenas de televisión y revistas han pagado a la mujer agredida para que cuente su versión, en la que niega que estuviera siendo agredida y justifica la reacción violenta de su pareja contra Jesús Neira.

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La violencia contra las mujeres es un grave problema social que tiene que ver con el papel de sumisión al que ha sido relegada la mujer durante siglos y que este año ha causado más de sesenta víctimas mortales en el estado español.


La prensa, la radio, la televisión, el cine o la publicidad han alimentado con imágenes y expresiones una imagen de la mujer como sexo débil y figura dominada. A pesar de los avances en los últimos años, de la toma de conciencia de la imagen discriminatoria que ofrecían de las mujeres, del cambio en el tratamiento informativo de los malos tratos y de la violencia machista, aún se ofrece una visión deformada de las víctimas y del problema.


Es extraordinariamente grave que la búsqueda de audiencias por encima de consideraciones éticas lleve a tratar el tema en un marco de frivolidad y espectáculo que puede contribuir a banalizar el problema y a restar gravedad a una situación que atenta contra los derechos humanos de muchas mujeres.


Es irresponsable la utilización de conjeturas, testimonios superfluos, declaraciones irreflexivas de profesionales, detalles morbosos, opiniones de personas que buscan notoriedad,… y todos aquellos recursos empleados con el único objetivo de lograr espectacularidad e impacto. Es urgente que los medios de comunicación y sus profesionales asuman un compromiso, una toma de posición inequívoca, frente a la violencia contra las mujeres como lo han hecho frente al terrorismo.

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